Una de las cosas más surrealistas del juicio del ‘procés’ son los testigos de la defensa. No sólo repiten lo mismo con disciplina espartana. Sólo ven lo que ven – nunca a quién trae la urnas y todos responden por imperativo legal a Vox – sino que en varios casos no son ciudadanos tan anónimos como quieren hacer ver.
Al menos dos de los testigos del miércoles son candidatos número 1 y número 2 de su localidad, la Pobla de Mafumet, por el partido independentista ERC. Obviamente un acto lícito, pero cuyo no recordatorio por ninguna de las partes, unas por omisión otras por desconocimiento, simplemente confirman que los muy movilizados se agrupan entorno a unas siglas políticas.
Ese dato no esconde otro dato manifiesto. En la mayoría de preguntas los testigos indican que eran unos cientos, desde poco mas de 100 a menos de 500. En todos los casos comprobada la población de esas localidades nunca representan más del 10% de sus habitantes. Es decir, ni en esas localidades menores la movilización ha sido masiva. En un día como aquel se movieron los que se movieron, y ahora queda claro que muchos de los que se movieron eran bajo unas siglas. El resto silencio.