Quienes trabajamos con diversos proveedores logística hemos valorado muy positivamente la entrada en el mercado de «comparadores de tarifas» para el envío de paquetería. En un principio en España la principal startup ha sido Packlink, seguido a gran distancia por Genei. En los últimos meses han interrumpido nuevas webs con origen internacional como Upela, Francia, o UpsToday, Reino Unido.
Tras unos principios muy ágiles en los últimos tiempos los foros se han llenado de protestas por la denominada «refacturación». Es decir que las compañías reciben un cargo adicional por parte del transportista, principalmente UPS y FEDEX, que directamente trasladan al cliente sin ningún tipo de comprobación. Estos cargos se hacen bien directamente cargando el pago a la tarjeta usada en la compra o bien generando una factura adicional. En ambos casos el cliente queda indefenso sin más opción que la queja pública.
El principal error aportado por las maquinas de «Dimension Weight Scan» es volumétrico. Las dimensiones superiores a la norma, principalmente en tubos o envíos de gran dimensión, provocan que en momentos de gran confluencia la maquina detecte hasta dos paquetes de forma simultánea engañando al sistema. Es una situación anormal que fundamentalmente perjudica a las startups de logística, ya que trasladan el problema al cliente. Enfrentándose uno y otro en una cuestión donde es difícil lidiar.
La positiva valoración de las nuevas empresas tecnológicas cae en picado por la acción coordinada de las grandes empresas del sector. Potenciaron en un principio dicha actividad y acechan ahora a sus clientes de una forma perjudicial para el sector. La logística es importante pero también la veracidad jurídica de los datos. Ahora mismo los recargos se han convertido en la pieza clave del abandono de clientes en favor de los grandes operadores. Si nadie impone unas normas la desaparición de los intermediarios tecnológicos en este sector será más rápido de lo pensado.