El día que declaré en el juicio del ‘proces’

Quienes hemos participado en juicios sabemos la importancia de mostrar la Ley y abandonar la retórica en el estrado. Eso tan intenso en las películas americanas no funciona en Europa. Separar la Ley, las normas, las formas, de las explicaciones bien personales es el abc de un buen abogado. En el juicio del ‘proces’ la mayoría de abogados, excepto Melero, han visto demasiada televisión.

Las jornadas de declaraciones de los testigos de la defensa se han convertido en ese momento glorioso de la vida de personajes aburridos. Todos explicarán en unos años “el día que declare en el juicio del ‘proces’”. Harán memoria selectiva a los segundos que el Juez Marchena levanto la cabeza, al momento de responder a las acusaciones y deleitarán reforzando su historia a la defensa.

Todo eso es lícito. Pero seamos sinceros, ¿en que ayuda a los acusados?. Porque al final un abogado, ya no decimos en penal con fuertes penas pendientes, no debe preocuparse por las historias sino debe trabajar por conseguir la menor pena a su cliente. Para desgracia, o no, de los políticos presos sus abogados quizás han pensado que esto es un escenario más que un Juzgado.

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