Soy de los que piensa que una empresa subvencionada es una empresa con poco futuro, y en ese sentido mi relación con los Organismos Oficiales es podríamos decir bien reducida.. Pero en un contexto como el actual, si que creo es necesario, en algunos casos, mirar de obtener financiación para lanzar nuevos proyectos.
Con esa lógica hace unas semanas nos dirigimos al ICO para financiar un proyecto en España. Un proyecto que ha sido fruto de muchos meses de trabajo, y que debería consolidar una línea de trabajo, y un equipo estable. Cual es mi sorpresa que luego de diversos envíos de documentación al ICO, hasta el día de ayer NO han pedido un dato del proyecto.
Mi sorpresa es mayor, o quizás podría decir que ninguna, cuando hoy entre los 30 papeles y documentación nueva que solicitan, aparece al final del todo que se explique el proyecto. Es decir, importa bien poco los proyectos, solo las propiedades de los avalistas, y los números anteriores, el pasado. Es decir lanzar proyectos en España esta en consonancia a tener recursos, sino los tienes has elegido un mal país para invertir.
Entiendo que esa política debe implantarse desde una empresa privada, pero esperaba alguna cosa más de un Instituto de Crédito Oficial. Al menos que por una vez alguien se preocupará por los proyectos, más que por seguir añadiendo créditos a los que ya tienen un recorrido marcado. Si las oportunidades basadas en proyectos sin recursos no son apoyadas, poco futuro tendrá este país.
La sociedad cambia a un mundo de ideas, donde el el conocimiento es la base de la actividad. Por desgracia nuestros políticos y los gestores de sus decisiones siguen estando anclados en el s. XX. Antes era solo al fuerza del trabajo en cadena, como definió el fordismo, y ahora es la fuerza del que ya tenga labrado su camino. Entrar en una nueva dinámica no sólo parece complicado, sino que además hace crear un esfuerzo que quizás, vistos los resultados, no vale la pena.
Aquello de «inventen ellos», podríamos copiarlo al ICO colocando que «proyecten ellos», por que esta claro que sin recursos muchas ideas que podría tener futuro acabaran un cajón, eso sí lustroso, lleno de polvo.